¿Qué hay en nuestra taza de café? Posible relación entre la cafeína y los procesos de aprendizaje y memoria.
Alejandra Ratti
Profesora a Tiempo Completo
Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Química

Para muchos no hay nada mejor que despertar con el aroma del café recién preparado, como así para otros, se vuelve la bebida de elección para mantener el nivel de rendimiento durante el día o una excusa para reunirse con amigos. El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial, según el sitio web Big cup of coffee, se beben anualmente más de 400 mil millones de tazas, haciendo del café la segunda bebida más consumida luego del agua. 

También son conocidas las bondades del café en cuanto a los efectos fisiológicos de la cafeína, la principal molécula responsable de dichos efectos. Los estudios en animales sugieren que la cafeína tiene efectos neuroprotectores y puede revertir el deterioro cognitivo asociado a la edad, el estrés crónico y las enfermedades neurodegenerativas, pero los estudios en humanos han mostrado resultados dispares. Un estudio publicado este año en Frontiers in Psychiatry ha puesto en duda el potencial de la cafeína en lo que respecta a la neuroplasticidad, relacionada con los procesos de aprendizaje y memoria.

En el artículo científico presentado por Vigne et al (2023), se revisa cómo el consumo crónico de café potencialmente puede impactar en la plasticidad cerebral y la efectividad de un tratamiento como la estimulación magnética transcraneal repetitiva (o rTMS por sus siglas en inglés). La rTMS es una técnica teórica que funciona a través de la inducción para disminuir la potenciación a largo plazo (o LTP en inglés), aplicando un campo magnético en áreas específicas del cerebro para modular la excitabilidad cortical. Para ponerlo en términos más sencillos es como manipular una perilla que puede modular la actividad cerebral. Según los autores, el consumo regular de cafeína puede desencadenar que las personas experimenten una disminución del LTP, un proceso crucial para el aprendizaje y la memoria, es como calibrar un piano, es decir, ajustamos las teclas (sinapsis, conexiones neuronales) para una “mejor actuación”. 

La pregunta central que buscaba responder el estudio era si el consumo crónico de cafeína alteraba la habilidad del cerebro para adaptarse y aprender. Como es sabido, la cafeína es un estimulante presente en café y té, actúa como antagonista de los receptores de adenosina en el cerebro, influenciando la fortaleza y plasticidad sináptica en procesos como el LTP. Adicionalmente, estudios preliminares sugieren que el consumo crónico de cafeína podría reducir la capacidad del cerebro para procesos de plasticidad similares al LTP. Para llevar a cabo el estudio, se realizaron las evaluaciones en 20 individuos sanos, separados en 2 grupos: 16 personas con consumo de cafeína y 4 personas, como control, es decir, sin consumir cafeína. Si bien se consideraron otros factores como sexo e identidad racial, estos no influyeron en los resultados.

De los resultados del estudio, se pueden sacar las siguientes conclusiones: 

  1. El grupo control fue pequeño, lo que pudo llevar a una sobreestimación de los efectos. 
  2. La comprensión del rol de la cafeína en la modulación de los receptores de adenosina como un antagonista competitivo y no selectivo, con particular acción de los subtipos A1 y A2A. 
  3. Los receptores están profundamente involucrados en la modulación del LTP. Por lo que si el consumo crónico de cafeína sí limita la plasticidad cerebral, esto podría tener implicancias significativas no solo para individuos que están bajo la terapia con rTMS sino también en los procesos relacionados al aprendizaje y memoria en general. 

Si bien el estudio presenta dichas conclusiones, también deja abiertos nuevos interrogantes como:

  1. Si la cafeína disminuye la plasticidad neuronal, ¿qué significa esto para el aprendizaje y la memoria? ¿Cómo afecta a aquellos que están bajo tratamiento de rTMS?
  2. La necesidad de más estudios comprensivos, bien diseñados que puedan ayudar a entender la compleja relación entre cafeína, plasticidad cerebral y aprendizaje.
  3. El desarrollo de estrategias terapéuticas más efectivas para condiciones neuropsiquiátricas.

Finalmente, pensemos seriamente si nuestra taza de café matutina está haciendo más que mantenernos despiertos, ser una excusa para encontrarnos con amigos o si podría estar modificando la manera en que nuestros cerebros aprenden y se adaptan. 

Referencias:

[1] “Coffee culture lives here: Reviews + advice,” BigCupOfCoffee.com, https://bigcupofcoffee.com/ (accessed Dec. 11, 2023).

[2] “Daily caffeine intake temporarily alters your brain structure,” Big Think, https://bigthink.com/neuropsych/caffeine-brain-structure/ (accessed Dec. 11, 2023).

[3] M. Vigne et al., “Chronic caffeine consumption curbs RTMS-induced plasticity,” Frontiers in Psychiatry, vol. 14, 2023. doi:10.3389/fpsyt.2023.1137681

Imagen para el artículo:

https://images.app.goo.gl/zWZvhniLcA4D81N87

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